There’s no line between real and virtual

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GLOBAL THREAT ASSESSMENT 2023
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Noa is part of Microsoft’s Digital for Good Youth Council

For many years I considered the “real world” and the “virtual world” as two completely different and distinct realities.

It wasn’t until I started exploring the world of cybersecurity that I came to understand that the line between the real and the virtual was completely non-existent, especially for young users like me, with digital spaces being a relevant part of our lives, conditioning our socialisation, development and state of mind.

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People my age, and even younger, encounter the same problems inside online networks and the internet as they do outside.

Despite being generally perceived as dark, unsafe and highly addictive and distracting places, virtual spaces are an immovable part of young people’s lives and increasingly of human life in general. As a result, the problems, discriminations and perceptions of young people in these digital places are becoming closer and closer to those of traditional physical spaces.

So why, while in the physical world we demand protective measures for young people, the internet is a seemingly lawless place where minors are unprotected and where finding help is much more difficult and stigmatising?

Clear problems

One of the clear problems that young people encounter in our use of the Internet is definitely the lack of information about the correct use of devices and platforms, including the places and mechanisms of help and support that are available to us. While we know exactly where to go in case of violence in the street or at home, we are at a complete loss when it comes to reporting any kind of violence that happens in a virtual environment.

This problem increases in cases of young people belonging to minorities such as LGBTIQ+, or those who suffer from some kind of disability, due to the problems in identifying such abuse or the stigmatisation of them.

Lack of knowledge

When I began understanding the risks associated with internet usage my initial reaction was one of outrage. I was angry with adults around me because they “didn’t care about our welfare” and “left us alone” in a way, until I realised that the main problem was their lack of knowledge and general fear of a completely new reality. In order to improve this situation, there is a clear need for collaboration between all social spheres, including governments, citizens and technology companies, to improve and widen the network of help for problems that may arise online by creating safe spaces for reporting, support and help, and improving legislation that places the victim at the centre, avoiding blaming them or criminalising their voluntary actions.

Educational and awareness-raising initiatives

Furthermore, it is vitally important to develop an education plan not only for young users but also for adults and support figures such as teachers, family members and parents. One of the biggest problems in the use of digital spaces is ignorance and fear, which can be solved with educational and awareness-raising initiatives for the whole population, so that adults know how to act, be of help and support young people, and young people in turn have mechanisms for identification, protection and solutions to the problems they may encounter on the net. This is part of a public health approach to prevention which this report calls for investment in.

The future of the virtual world is probably not perfect, just as the real world is not yet perfect. But with the collaboration of young people, citizens, governments and companies in putting this report’s recommendations into action, the problem of sexual abuse and exploitation of children through digital spaces could significantly improve in the future.

Durante muchos años consideraba el “mundo real” y el “mundo virtual” como dos realidades completamente distintas y diferenciadas.

No fue hasta que comencé a explorar el mundo de la ciberseguridad que conseguí comprender que realmente la línea entre lo real y lo virtual era completamente inexistente, principalmente para los jóvenes usuarios como yo, siendo los espacios digitales una parte relevante de nuestra vida que condiciona nuestra socialización, nuestro desarrollo y estado anímico. Las personas de mi edad, e incluso más jóvenes, encuentran los mismos problemas dentro de las redes en internet que fuera.

Pese a ser percibidos de manera general como lugares oscuros, poco seguros y altamente adictivos y distractivos, los espacios virtuales suponen una parte inamovible de la vida de los jóvenes y, cada vez más, de la vida humana en general. Por ello, los problemas, discriminaciones y percepciones de la juventud en estos lugares digitales se aproximan cada vez más a los de los espacios físicos tradicionales. De este modo, si el mundo físico exige medidas de protección para los jóvenes, ¿por qué parece internet un lugar sin ley en el que los menores están desprotegidos y en el que buscar ayuda resulta mucho más difícil y estigmatizador?

Uno de los claros problemas que encontramos los jóvenes en nuestro uso de internet es, sin duda, la falta de información acerca del correcto uso de dispositivos y plataformas, incluidos los lugares y mecanismos de ayuda y apoyo que existen a nuestra disposición. Mientras que sabemos perfectamente a qué lugar debemos acudir en caso de sufrir algún tipo de violencia en la calle o en casa, nos encontramos totalmente perdidos en caso de tener que denunciar cualquier tipo de violencia que suceda en un medio virtual. Este problema se incrementa en los casos de jóvenes que pertenecen a minorías como la LGTBIQ+ o aquellos que sufren algún tipo de discapacidad, debido a la problemática en la identificación de dichos abusos o a la clara estigmatización de estos.

Cuando empecé a comprender los riesgos asociados al uso de internet, mi reacción inicial fue de indignación. Estaba enfadado con los adultos de mi alrededor porque no se “preocupaban de nuestro bienestar” y nos “dejaban solos” de algún modo, hasta que me di cuenta de que el problema principal era su falta de conocimiento y el miedo general a una realidad completamente nueva.

Para la mejora de esta situación, es evidente la necesidad de colaboración entre todos los ámbitos sociales, incluidos los gobernantes, la ciudadanía y las compañías tecnológicas. Podríamos conseguir una mejora y ampliación de la red de ayuda para los problemas que puedan surgir en internet mediante la creación de espacios seguros de denuncia, apoyo y ayuda, así como una mejora en la legislación que sitúe a la víctima como prioridad y evite culpabilizarla o criminalizar sus acciones voluntarias.

Además, es de vital importancia el desarrollo de un plan de educación, no solo para usuarios jóvenes, sino también para adultos y figuras de apoyo como pueden ser los profesores, familiares y padres. Uno de los grandes problemas en el uso de los espacios digitales es el desconocimiento y el miedo, que puede solucionarse con iniciativas educativas y de concienciación para la totalidad de la población, de modo que los adultos sepan cómo actuar, ser de ayuda y apoyar a los jóvenes, mientras que los jóvenes, a su vez, tengan mecanismos de identificación, protección y solución de los problemas que puedan encontrar en la red. Esto es parte de un enfoque de salud pública de prevención en el que este informe pone de manifiesto la necesidad de invertir.

Probablemente, el futuro del mundo virtual no sea perfecto, del mismo modo que el mundo real no lo es, pero con la colaboración de jóvenes, ciudadanos, gobernantes y compañías para poner en práctica las recomendaciones de este informe, el problema de los abusos sexuales y la explotación infantil a través de los espacios digitales podría mejorar considerablemente en el futuro.